¿Estás pensando en hacer una reforma integral en tu vivienda? ¿Renovar la cocina o el baño? ¿Dividir el salón para lograr dos ambientes?… Meterse en obras siempre impone pero si sigues los pasos que te indicamos y tienes en cuenta algún que otro consejo, te resultará más sencillo.
Todo comienza con una idea que, una vez hecha realidad, hará que tu casa gane en confort, comodidad o en espacio. Pero llevarla a cabo requiere establecer una serie de pautas para evitar cualquier disgusto y que el resultado sea exactamente el que habías imaginado. Tu ilusión, tu tiempo y tu dinero están en juego, así que toma nota de las 7 claves para que los resultados de tu reforma sean satisfactorios.
Los pasos a seguir para que una reforma salga bien
No asesorarte sobre las posibilidades que ofrece el espacio disponible, no comparar presupuestos o no fijarte en las calidades de los materiales que incluye tu reforma… son errores habituales que pueden evitarse teniendo todo “bien atado” antes de empezar. Así que vamos a ello. Saca la libreta y toma nota de todo.
1. Haz tu propio proyecto
Cualquier cambio que quieras realizar en tu vivienda, requiere dedicar el suficiente tiempo a planificar la reforma de la manera más detallada y realista La reforma integral de estancias como la cocina, el baño o un dormitorio incluye distintos elementos que debes tener muy claros. Debes decidir qué quieres exactamente teniendo en cuenta el uso que vas a dar a cada habitación y las soluciones concretas que necesita para os sintáis a gusto en ella: renovar suelos y revestimientos de las paredes, cambiar instalaciones eléctricas o de suministros (agua, calefacción), sustituir los antiguos sanitarios por unos más modernos, crear o eliminar tabiques u otros elementos divisorios, pintar techos y paredes… Cuanta más información aportes al profesional al que vas a encargar tu reforma, mucho mejor, porque así será más fácil ajustar ese proyecto que tienes en mente y también su coste. Tú conoces tu casa mejor que nadie, con sus posibilidades y limitaciones, así que ese primer proyecto, aunque no sea el definitivo es importante porque será la base para empezar a trabajar.
2. Hazte un “experto”
A la hora de elaborar tu propio proyecto infórmate (a fondo) sobre posibles opciones y novedades en cuanto materiales, precios, condiciones de instalación, tendencias en decoración… Aunque la reforma esté en manos de profesionales, es deseable que conozcas todas las posibilidades a tu alcance antes de decidir. Por ejemplo, puede que quieras cambiar el suelo cerámico del salón por uno en madera para que resulte más acogedor. En este caso, echa un vistazo a los distintos tipos de laminados que existen, desde el clásico parqué a la tarima flotant, fijándote en sus características y también en sus precios. Cuanto más te informes, más segura estarás de acertar con el resultado.
3. Profesionales con garantías
Es la clave para evitar más de un disgusto. Para reformas integrales, lo ideal es recurrir a una empresa especializada que se encargue de todo, siendo capaz de elaborar un proyecto completo que incluya los distintos aspectos de la reforma: fontanería, albañilería, calefacción, alicatado, pintura… En muchos casos, estas empresas cuentan con las últimas tecnologías para que puedas visualizar cómo quedará tu reforma antes de iniciarla, permitiéndote sugerir los cambios que consideres oportunos. Si solo necesitas hacer algún cambio concreto en una habitación, por ejemplo, sustituir los sanitarios del baño o renovar suelos y paredes de la cocina puedes contratar a un profesional especialista en ese oficio (solador, pintor, interiorista…) pero, busca con uno que te ofrezca todas las garantías. Ahorrar unos euros por contratar a un “manitas” puede salirte, al final, más caro.
4. Dos presupuestos como mínimo
Pide al menos dos presupuestos (mejor tres). Es la única manera de encontrar un buen precio y tener seguridad de que lo que vas a pagar es razonable. Exige un presupuesto lo más detallado posible y examina qué incluye cada partida y sus precios. Si no te queda claro, pregunta para evitar sorpresas desagradables ¿están incluidos todos los materiales o solo una parte? ¿Y el transporte de los mismos, también? ¿la grifería de la cocina? ¿ese panel de pladur del que hemos hablado?… Solo comparando dos o tres presupuestos podrás hacerte una idea acertada de lo que cuesta en realidad tu reforma y decidir el que más te conviene.
Ejemplos de Presupuesto desglosado: Reforma integral, Reforma de cocina, Reforma de baño
5. Haz un contrato
Es fundamental que todo quede detallado y por escrito para, ante cualquier duda, tener un documento que especifique lo que hayáis acordado. No olvides incluir en él el plazo de ejecución de la reforma y la fecha en la que deberá estar finalizada. También debes especificar la forma de pago detallando cuánto debes dar al inicio de la reforma y cómo abonar las cantidades restantes. Lo ideal es realizar los pagos correspondientes a medida que avancen las obras (nunca des todo el dinero al inicio). Por supuesto, exige las correspondientes facturas porque son tu garantía ante cualquier reclamación.
6. Solicita los permisos necesarios
Dependiendo de la reforma y la comunidad en la que resides, puede que necesites solicitar algún tipo de licencia a nivel municipal. En la mayoría de los casos, bastará con comunicarlo al ayuntamiento correspondiente y puede que tengas que abonar algún pequeño coste. Vale la pena hacerlo para realizar tu reforma con total tranquilidad. Si la obra implica generar escombros, no olvides alquilar el correspondiente contenedor para evitar cualquier denuncia o multa. Son pequeños detalles pero que influyen en que todo vaya sobre ruedas.
7. Subvenciones
No todo es pagar. Infórmate sobre posibles ayudas que puedas recibir por ejemplo por renovar una antigua caldera, por eliminar barreras arquitectónicas que impidan la movilidad o por sustituir tus instalaciones de gas, agua o electricidad por otras que contribuyan a la eficiencia energética.
Consejos extra a la hora de ponerte manos a la obra
Tu proyecto de reforma está a punto de hacerse realidad. Transformar una estancia (o varias) para mejorarla y dejarla justo como quieres es una idea que causa ilusión pero que implica ciertas molestias para las que conviene estar en buena disposición. Asúmelas con paciencia pensando que el esfuerzo va a merecer la pena.
También es importante dejarse asesorar. A la hora de verdad, puede que surjan imprevistos o que sean necesarios pequeños cambios sobre la marcha (especialmente si se trata de rehabilitar un piso antiguo). Si has contratado a profesionales cualificados, ellos sabrán exponerte las posibles soluciones para que puedas elegir la que mejor te convenga.
Presta atención a los detalles y a los acabados antes de dar tu visto bueno definitivo una vez que la reforma se dé por finalizada. Una revisión final, que confirme que todo a quedado según lo acordado, es importante por si fuera necesario realizar alguna modificación. Cualquier cambio posterior resultará más complicado, así que aprovecha que aún tienes a los responsables de tu reforma en casa.