Desde el clásico blanco a los novedosos tonos moody… hay mil opciones y colores para pintar un salón. Acertar a la hora de elegir la combinación perfecta que aporte confort adaptándose a tu propio estilo, no es casualidad. Te enseñamos como 😉
Los colores para pintar una salón son el toque básico que va a definir un ambiente determinado que tendrás que completar con el mobiliario, los textiles y el resto de complementos decorativos.
El salón es un espacio clave en cualquier vivienda. Es una zona de descanso y relax y también un lugar de encuentro, donde compartir buenos momentos con familiares y amigos. Impone un poco elegir los colores para las paredes del salón porque sabes que los tonos que elijas van a definir este espacio central de la casa y quieres que resulte acogedor, alegre y elegante al mismo tiempo.
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A la hora de escoger las tonalidades para tu salón-comedor, debes tener en cuenta una serie de aspectos fundamentales como su tamaño, el espacio con el que cuentas, la presencia de elementos arquitectónicos que quieras destacar o disimular (columnas, vigas, zona de chimenea, un arco…), la luz natural de la que dispones, el entorno (casa de campo, urbana, en la playa) y un último detalle de gran importancia: las sensaciones que los colores son capaces de transmitir.
Resumiendo, los aspecto clave serán:
- Tamaño de la habitación
- Elementos arquitectónicos de la estancia
- Luz natural disponible
- Tipo o estilo de casa
- Sensaciones que quieres transmitir
Los colores hablan ¿qué transmiten?
Es importante conocer algo de “cromoterapia” y saber cómo van a influir los colores del salón, a priori, en el estado de ánimo y en las propias sensaciones. Sin darnos cuenta, los distintos tonos nos envuelven cuando permanecemos en una estancia.
Hay colores cálidos, como los anaranjados, rojizos y ocres, que transmiten energía y dinamismo; otros son tonos más fríos, como la gama de los elegantes grises, que ha de complementarse con toques decorativos que aporten calidez. Los azules, por su parte, crean ambientes que invitan a la tranquilidad y al relax, al igual que los verdes, que, además, transmiten frescura y “levantan el ánimo” con solo entrar a la habitación.
A la hora de elegir los colores para pintar tu salón comedor, tienes, además, distintas opciones para colocarlos de manera que saques partido a cada tonalidad. Puedes pintar el salón al completo de un único color, pero hay muchas posibilidades más.
Ideas originales para jugar con los colores de tu salón y crear bonitas combinaciones
El Blanco, amplitud y frescor
Empezando por los tonos más básicos, el blanco siempre es una opción interesante porque amplía visualmente la superficie disponible y además aporta luminosidad. Es un color para salones pequeños que resulta muy apropiado, pero debes tener en cuenta que puede transmitir cierta frialdad. Queda muy bien, por ejemplo, en un salón reducido, tal vez, en un apartamento de la playa que quieras decorar en estilo marinero o ibicenco, y en el que incorpores complementos y textiles que consigan darle un toque acogedor.
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Beiges, camel y marrones, sinónimo de calidez
También tienes los tonos neutros, principalmente toda la gama de beiges, camel y marrones suaves. Nunca desentonan y son buena idea si no tienes clara la decoración final. Los beiges siempre quedan bien, pero pueden resultar algo “anodinos”. Son buenos como base para pintar un salón comedor al que quieras añadir un segundo tono más vivo. Por ejemplo, puedes pintar en tono arena las paredes del salón y crear un bonito contraste combinándolo con un marrón más intenso o con un terracota, en un solo paño o en un punto concreto que quieras destacar como una ventana, un arco decorativo, un “marco” para la chimenea…
Gris, el color de los 1.000 tonos
Los salones pintados en gris son pura tendencia porque realmente consiguen un resultado original y elegante que encaja con cualquier estilo. La gama de los grises es extensa y combinar dos tonos distintos puede darte excelente resultado. Para pintar un salón moderno puedes combinar un sobrio gris perla, que crea curiosos reflejos con los cambios de iluminación, con un gris moody o un gris carbón en algún punto bien estudiado o incluso en media pared (creando una original división horizontal). Los moody son tonos intensos, compactos, de acabado “aterciopelado” y profundo que no dejan indiferente.
Tonos pastel que porten serenidad y distinción
Los tonos pastel pueden ser también colores apropiados para pintar un salón. Transmiten serenidad y quedan especialmente bien en salones de estilo clásico, tal vez con suelos en madera y muebles robustos, porque con ellos este tipo de salones ganan ligereza y menos sensación de estar recargados. Azules y verdes son dos buenas opciones para salones que quieras que resulten especialmente acogedores. Imagina un salón en tono neutro (blanco, beiges) al que añadas una franja de un azul celeste o un verde mint en la zona más alta… con esta idea conseguirás un toque extra de color de lo más original.
Atrévete a probar nuevas combinaciones para lograr un salón personalizado eligiendo la pintura ideal según tus preferencias, tu manera de ser y las sensaciones que quieres que transmite tu salón comedor.