Pocas veces hemos tenido la oportunidad de reallizar un trabajo tan gratificante como el que nos encargaron para esta reforma. El encargo nos llegó gracias a un conocido que nos recomendó al cliente, con el que tuvimos muy buen entendimiento desde el principio. Se trata de una reforma en una vivienda unifamiliar en la que se reformó la cocina con barra americana, aseo de cortesía y los dos baños de la planta superior. También se restauraron las puertas de toda la casa.
Las directrices del cliente eran muy sencillas:
- Cambiar de ubicación la cocina y acercarla al salón-comedor, ya que en la ubicación anterior ambas estancias estaban separadas por el baño
- Dar más luminosidad y potenciar la iluminación natural
- Mantener los equipamientos de la vivienda, sin perder metros cuadrados y aprovechando al máximo todas las superficies
La cocina americana
El proyecto lo desarrollamos en tres semanas y nuestro técnico trabajó en varias alternativas que propusimos al cliente antes de elaborar el presupuesto. Al final se optó por comunicar la cocina con el salón mediante una ventana de aluminio tipo guillotina que permite aislar la cocina del salón o abrirla según se quiera. A su vez integra una zona office con una barra sobreelevada a 1,20m y en la que se puede, por ejemplo, desayunar o tomar un aperitivo con los amigos. Esta solución además de conectar visualmente la cocina con el salón, permite que entre toda la luz natural que proviene de los grandes ventanales del salón.
La cocina tiene las mismas dotaciones que la anterior, pero se ganaron unos metros de zona de trabajo en la encimera gracias a la reordenación de los espacios. La colocación de muebles de cajones y caceroleros, además de dotar a la cocina de una ligereza visual mayor, también dotó de mayor almacenaje.
Los materiales que integran la cocina son mobiliario de la gama 3 acabado madera en la parte inferior y mobiliario de la gama 2 blancos en los armarios altos. Se prefirió que estos armarios altos no llegasen al techo para dotar de mayor ligereza visual a la cocina.
La encimera es de Silestone y las paredes se acabaron con pintura plástica lavable y pintura de pizarra negra. El pavimento es porcelánico, igual que en el aseo de la planta baja.
Algunos de los electrodomésticos se mantuvieron y se suministraron la fregadera, el grifo y el microondas, todos de la marca Bosch.
Para la puerta que conecta la cocina con el distribuidor se optó por hacer una puerta doble corredera tipo Krona de color blanco y el resto de las puertas de la vivienda se esmaltaron a rodillo en blanco.
En el salón se cambió la distribución, inviertiendo la zona del office y la zona de estar, ya que al abrir la cocina al salón, se decidió que lo más cercano debía ser la zona de comedor. De esta manera, hubo que trasladar las instalaciones de antena de televisión, las tomas de corriente e iluminación de una pared a la pared de enfrente.
Uno de los trabajos que más provecho puede sacar el cliente es la integración de la iluminación en el forjado unidireccional mediante seis lámparas dicroicas LED empotradas en el entrevigado de bovedillas. Este trabajo es algo que hacemos habitualmente y que la mayoría de empresas solucionan con lámparas de superficie, mientras que nosotros ofrecemos una solución que no resulta cara y que estéticamente da mejor resultado.
El aseo de cortesía
En la planta baja también se ubicó una zona de recibidor y un aseo. El recibidor, antes inexistente, está dotado de un armario en el que los clientes diseñaron una distribución que permite integral la caldera con los enseres de limpieza y una zona de ropero.
El aseo de cortesía consta de dos únicas piezas: un inodoro suspendido, modelo The Gap, y un lavabo suspendido con cajones, que, a pesar de sus reducidas dimensiones, es suficiente para el uso que se le da. Los revestimientos del aseo son porcelánicos tanto para el pavimento como para las paredes y se decidió hacer una hornacina decorativa aprovechando el cajón de la cisterna empotrada.
Los baños
En la planta superior se modificó uno de los baños y en el otro simplemente se cambió el plato de ducha por uno más moderno. En el baño reformado se cambió la bañera por un plato de ducha con mampara, se cambiaron sanitarios y mobiliario y parte de los revestimientos.
El mueble del lavabo, de cajones suspendidos con aplique y espejo, es de color madera de haya y la grifería únicamente se cambió la de la bañera por una de ducha.
Estamos muy contentos con el resultado de esta reforma, puesto que ha permitido facilitar el uso cotidiano tanto de la cocina como de los cuartos de baño y, además, al cambiar la ubicación de la cocina, visualmente ha quedado espectacular, gracias a la sensación de amplitud que se ha conseguido con el aprovechamiento de la luz natural a través del ventanal que la separa del comedor.