REFORMAS DE COCINAS EN BARCELONA

Esta reforma de cocina realizada en el barrio de Gràcia fue bastante sencilla. El cliente quería sacar el máximo partido a la distribución de su cocina y tras ir a verla, tomar las medidas y trasladarlas al plano y comprobar las diferentes opciones, decidió trasladar la puerta a la pared del recibidor de la vivienda para tener una cocina en dos líneas paralelas.

Para que los muebles altos llegaran de lado a lado en la pared principal se redujo un poco la ventana. Este lado de la cocina es en el que se ubican las instalaciones más importantes de la cocina (placa, horno, lavavajillas y fregadera).

En el lado donde estaba antes la puerta se ha ubicado el frigorífico y se ha creado también una nueva zona de encimera con muebles que sirve como soporte a la zona de trabajo y almacenaje. Esto se ha conseguido gracias a que desplazamos el lavavajillas y la lavadora (que antes estaban en esta pared), el primero junto a la fregadera y la segunda en la galería que se encuentra contigua a la cocina y a la que se tuvo que dotar de todas las instalaciones necesarias para la lavadora.

Se ha optado por una puerta corredera que facilita el acceso y elimina las posibles interferencias con los muebles de cocina, ya que siempre queda recogida por el exterior en el recibidor.

Los muebles combinan el acabado blanco con un acabado en madera que le confiere cierta calidez y se ha querido jugar con los tonos blancos de los muebles y de las baldosas con el tono gris del pavimento y de los electrodomésticos. La encimera es porcelánico de Laminam y los electrodomésticos de Franke.

Se trata de una reforma semiintegral de un cliente al que hace unos años, al adquirir la vivienda, ya le habíamos instalando el parquet, renovado la instalación eléctrica y las puertas, y habíamos pintado todo el piso.

En su momento no hizo la reforma de la cocina y del baño y en esta ocasión lo que se hizo fue abrir la cocina al salón, renovándose por completo y también la reforma del baño. Durante el proceso de la obra también se tuvo que sustituir las instalaciones de agua que eran de hierro y se pusieron de cobre.

En la cocina se creó una zona office, se renovaron los muebles de cocina, se colocó un pavimento porcelánico imitación hidráulico y se revistió con baldosas la zona del frontal con un modelo de acabado hexagonal. Los electrodomésticos son de Balay y la encimera Focos Terra.

En el baño se colocó el mismo pavimento de la cocina, se revistieron todas las paredes con pasta blanca excepto en el frontal de la ducha, donde se decidió poner el mismo revestimiento hexagonal de la cocina pero en negativo, de color negro. Los muebles de baño son de Badoo, los sanitarios Roca, las griferías Imex y la mampara de GS2 Sistemas.

En esta reforma integral de un piso en el barrio de Gràcia de Barcelona se amplió la cocina eliminando un tabique que la separaba del pasillo.

La cocina era muy estrecha y, aunque no estaba en mal estado, estaba ya muy anticuada. La prioridad principal era abrirla para ganar espacio y poder disponer de una zona office con mesa y sillas. Para ello se eliminó el tabique que separaba la cocina del pasillo y para que la pared que quedaba frente a la cocina era muy grande y no se podían colocar armarios, se optó por crear dos hornacinas, una superior para elementos decorativos y otra inferior que llega al suelo para la zona office. Como la cocina no cuenta con mucha luz natural, se decidió colocar tiras de luces led en las hornacinas, que, además de decorar, aportan luminosidad sin deslumbrar.

El aseo se mantuvo con la distribución original, con ducha pequeña, inodoro y lavabo. En cambio, en el cuarto de baño principal se cambió la ubicación del lavabo y se eliminó el bidé. La bañera se cambió por una ducha con mampara.

Para conferir unidad a todo el piso, las baldosas escogidas para los suelos fueron iguales para los dos cuartos de baño y muy similares para la cocina y galería. Los tonos de los revestimientos de los baños son en beis y los muebles de la cocina blancos, que contrastan con las baldosas tipo hidráulico del suelo y el color de la pintura de las hornacinas.

Este piso de un edificio del Baix Guinardó de Barcelona construido hacia los años 1950, estaba de origen y era bastante oscuro, pero tenía ciertas características que permitían sacarle bastante partido.

En primer lugar, como el piso estaba mal dimensionado y el salón y una habitación contigua tenían prácticamente el mismo tamaño, se decidió desplazar el tabique del salón para hacerlo más grande. Como la clienta no necesitaba muchas habitaciones, de las tres existentes se decidió hacer de una un vestidor, la contigua al dormitorio principal.

El pavimento hidráulico no tenía ningún valor estético y se decidió eliminarlo y colocar parqué. En cambio, las cornisas de los techos originales se mantuvieron. Para ganar en luminosidad, predomina el blanco, pero para otorgar calidez a los espacios, se optó por la madera para la encimera de la cocina y para los muebles de los baños. Además, en el dormitorio principal se dejó el ladrillo visto y se hizo un trasdosado de pladur para realizar un cabecero en el que se han integrado las instalaciones para la climatización y la electricidad, teniendo en cuenta que la pared de ladrillo macizo colinda con la del vecino, lo que no nos permitía realizar regatas.

Esta reforma consistió en rehabilitar toda la vivienda, cambiar la distribución de la cocina, que pasó a ser abierta al salón y renovar el baño con ducha y bañera.

La cocina ha quedado abierta al salón, aunque la distribución es similar a la que ya tenía. Tiene una zona de fregadera independiente y en la pared de enfrente se ha colocado una zona de trabajo y de fuegos que se ha aumentado haciendo una semipenínsula, quedando en forma de U. Todo se ha pensado para tener mucha zona de almacenaje y la galería también se reformó.

En el cuarto de baño, de grandes dimensiones, destaca la dualidad ducha-bañera. Al ser una familia con niños pequeños, la bañera todavía la necesitan, así que, como el espacio lo permitía, decidieron poner una bañera pequeña y un plato de ducha.

Como puede verse en las fotos del antes de la reforma, este piso se había quedado anticuado y necesitaba una reforma para renovarlo.

La dueña de la vivienda tenía claro que quería una cocina más luminosa. Quería mantener la distribución, pero nos pidió consejo para que el espacio tuviera un aspecto más espacioso. Por ello se colocaron los muebles bajos de madera oscura por funcionalidad, ya que se ensucian más, mientras los altos los concebimos en blanco. Las paredes y el suelo se revistieron con baldosa de color beis, que combinan con el marrón de la encimera y frontal y de los muebles.

El aseo tiene una distribución difícil, puesto que tiene forma de L y la esquina dificulta el aprovechamiento del espacio. Se diseñó buscando una estética similar al otro cuarto de baño que ya había reformado. El inodoro estaba colocado oblicuamente, algo muy poco funcional, así que al colocar el nuevo lo hicimos de manera que quedara centrado. También se instaló una puerta corredera modelo Klein para aprovechar mejor el espacio.

También se cambiaron todas las instalaciones, se colocó parqué, se pintó todo el piso y se puso aire acondicionado por splits.

La reforma de este piso consistió en abrir la cocina al salón, construir un nuevo baño y cambiar los suelos y puertas.

Destaca la recuperación de las vigas de la zona de la cocina y del salón comedor, antes ocultas y que se restauraron, se pintaron de blanco y luego se lijaron para darles un acabado envejecido.

También se añadió un baño con acceso desde el pasillo, quitándole algo de espacio a un dormitorio y se acondicionó una zona de lavado junto a la habitación principal. Se puso parquet en todo el piso salvo en la zona de la cocina y del lavadero, donde se colocó baldosa porcelánica imitación hidráulica. Se cambiaron también todas las puertas, de las cuales se pusieron correderas en las estancias con acceso desde el pasillo para ganar espacio.